El Parque Rivadavia antes de la Feria de Filatelia y Numismática
El parque Rivadavia, sin duda alguna el corazón del tradicional barrio de Caballito, surgió oficialmente como paseo público el día 10 de julio de 1928, fecha en la que se dictó la Ordenanza N° 2702 que determinaba la denominación de Parque Rivadavia al solar que antes ocupaba la “Quinta Lezica”. Siete días más tarde, el 17 de julio, se inauguraba oficialmente el parque con un diseño en su traza a cargo del prestigioso paisajista Carlos Thays.
El Origen del Parque Rivadavia
Los primeros intentos por convertir la Quinta Lezica en un paseo público se remontan a la intendencia del Dr. Joaquín S. Anchorena (1910-14), cuyos esfuerzos se vieron frustrados por las tratativas y gestiones de compra que eran trabadas por las reclamaciones de los propietarios y sus descendientes. Es interesante leer la nota del Mundo Argentino del 25 de junio de 1924 que decía: “La Quinta de los Fantasmas va a ser transformada en Parque Público”. La misma revista, el 12 de diciembre de 1926, informaba: “Hay $11.000.000 para hacer calles y habilitar paseos públicos, pero el Caballito aún continúa sin una triple plaza”.
En 1925, la Comisión de Estética Edilicia, creada por el el entonces intendente Carlos Martín Noel, preparó un gran proyecto de formación de parques, plazas y jardines cuya ejecución demandaría un presupuesto de $66.236.012. A este proyecto se le sumaría la formación de grandes áreas de bosques y parques donde se incluía la adquisición de la quinta en cuestión.
El retraso de la inauguración, desde sus primeros intentos en 1913, se vieron varias veces frustrados ante la acción de los herederos de don Ambrosio Lezica, que pretendieron la obtención de mayores cifras en la expropiación del predio que había pertenecido a sus ancestros.
Quien fuera la viuda de Lezica, doña Rosa Lastra de Lezica, demandó por aquellos años a la Comuna por una cifra que rondaba los $2.450.000 moneda nacional, y que fuera desestimado por las autoridades de la Ciudad. En otra gestión, realizada por el señor Ángel Lezica y otros familiares, solicitaron por los 53.240 metros cuadrados del predio un valor que rondaba la cifra de $4.300.000.
La falta de un acuerdo definitivo llevó a la Comuna a dictar una ley de expropiación que obligó a ambas partes en conflicto a acatar los fallos que hubiese en el capo judicial. Fue entonces que el litigio quedó resuelto y, por fin se procedió a la construcción del actual paseo, no sin antes tener que asistir a un pedido adicional de los descendientes de Lezica, quienes exigieron respetar el nombre original del propietario, en lugar del elegido como “Rivadavia”.
La inauguración del Parque Rivadavia
Como se ha dicho, el 17 de julio de 1928 se inauguró el paseo con la presencia del Presidente Marcelo Torcuato de Alvear, el intendente municipal Horacio Casco, varios funcionarios públicos y los representantes de diversas sociedades de fomento y vecinos. El acto se inició con los acordes de la marcha Ituzaingó, ejecutada por la Banda Municipal y continuó con las palabras del Intendente. Este elogió las tareas realizadas por el Departamento de Obras Públicas por haber convertido el predio, en estado selvático, en una moderna y alegre plaza. Continuaron el señor Ricardo V. Muscio en nombre del Consejo Deliberante y, finalmente, el mismo presidente Alvear. Por la tarde, la banda ofreció un concierto que fue muy concurrido por los vecinos del barrio.
El 19 de julio de 1931 la colectividad catalana en la República Argentina decidió donar una escultura cuya imagen consistía en una mujer desnuda que sacaba agua de un pilón, obra del artista barcelonés José Llimona. En el acto inaugural, donde una banda interpretó los acordes del Himno Nacional y algunas tradicionales melodías catalanas, habló el ingeniero Canals en nombre de esa colectividad hispánica. Su discurso fue respondido por el Prosecretario General de la Comuna, el señor Bary, quien agradeció la donación realizada a la ciudad de Buenos Aires.
Esta escultura fue expuesta en el Parque Rivadavia por varias décadas hasta el año 1971, no sin sufrir durante ese tiempo los atentados a los que nuestros sufridos monumentos acostumbran. Ese año, el sacerdote Fernando Carballo, cura párroco de la cercana iglesia de Santa María, junto a otras asociaciones religiosas que le secundaban, consiguieron el traslado de esta singular escultura a la Plaza San Martín por considerarla inadecuada y chocante con el entorno, máxime si en la cercanía existía otra escultura de la Virgen de Luján.
El crecimiento Artístico y Cultural del Parque Rivadavia
El monumento más importante es, sin duda, el que recuerda al libertador Simón Bolívar obra del escultor argentino José Fioravanti. Fue inaugurado el 28 de octubre de 1942 con la presencia del Presidente, el Dr. Ramón S. Castillo, miembros del gabinete, el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, el Dr. Caracciolo Parra Pérez y diversas asociaciones barriales. Consta de un gran arco de líneas rectas y macizas de 11 metros de altura y 22 metros de ancho, con una inscripción en su cornisamiento que dice: “A Simón Bolívar, la Nación Argentina”. En el centro aparece la figura ecuestre del prócer, que es enmarcada por dos grupos escultóricos, así como cuatro bajorrelieves de la vida del Libertador.
El mástil existente en uno de los vértices sería donado por el Hogar Policial Sección 10a. el 25 de noviembre de 1951. Se complementaría con una serie de placas, como las incorporadas el 5 de julio de 1961 por el Concejo Deliberante de la ciudad, dedicada a la República de Venezuela en el sesquicentenario de su independencia.
Otra escultura que adorna hoy el Parque Rivadavia es la que fue inaugurada el día 15 de octubre de 1961 y donada por el “Club de Leones de Caballito”. Realizada en piedra blanca de Mar del Plata por el escultor Luis Perlotti – otro ilustre vecino del barrio de Caballito – estaba dedicada a las madres. Esta obra de arte había sido instalada como anticipo al siguiente festejo del Día de la Madre y que estaba próximo a realizarse aquel mismo año. En su inauguración estuvo presente la esposa del Presidente de la Nación, el Intendente de la ciudad de Buenos Aires, diversos funcionarios y autoridades del Club donante.
Respecto de la estatua de la Virgen de Luján, esta se inauguraría el 15 de agosto de 1969 con una misa de campaña oficiada por monseñor Juan Carlos Aramburu. Esta obra fue erigida merced a los donativos realizados por los vecinos y feligreses del barrio.
Los visitantes del Parque Rivadavia
A lo largo de su vida, el parque Rivadavia tuvo como asiduos visitantes a vecinos ilustres de la vida cultural, artística y política del país. Tal vez, el más reconocido, fue el escritor Conrado Nalé Roxlo, quien vivía en el cercano pasaje Florencio Balcarce. Junto a otros poetas de entónces, solían reunirse a las sombras de nuestro tradicional ombú todos los 21 de septiembre, a las 5 de la tarde, bajo el rótulo de “Pastores del Verso”, para recitar sus creaciones poéticas.
Pasearon también por sus senderos arbolados otros poetas vecinos del parque, como los casos de Rafael Alberto Arrieta, Baldomero Fernández Moreno, Fermín Estrella Gutiérrez, Eduardo Jorge Bosco, Miguel Eduardo Dolan, Antonio Requeni, etcétera.
Varios artístas plásticos vivieron en sus cercanías tal vez utilizando la sombra de sus arboles como fuente de inspiración creativa. No podemos dejar de mencionar a figuras tan importantes como Juan Carlos Faggioli, Antonio Berni, Luis Perlotti, Orlando Pierri, entre muchos otros.
Durante los años 70, ante el evidente estado de deterioro del sector, se iniciaron las tareas de remodelación de las casi seis hectáreas del parque. Consistió básicamente en la refacción del muro que lo separaba de la tradicional Escuela Normal N° 4, los caminos interiores, su vegetación, iluminación, regadío y equipamiento para esparcimiento. Desgraciadamente, muchas de esas tareas se fueron destruyendo con el tiempo (como el riego que ni un año llegó a funcionar), muy especialmente durante la década de los 80. En esos años, el parque fue testigo de una degradación absoluta, conviviendo la feria de coleccionistas y libreros con un auténtico “mercado de pulgas”. La inseguridad creciente, la falta de mantenimiento y la presencia de una virtual gran feria persa sin control de ningún tipo, llevó al Parque Rivadavia a vivir su peor momento desde su inauguración.
Los últimos tiempos del Parque Rivadavia
El jueves 16 de enero del 2003 se procedió al cercado de la plaza para una refacción absoluta de sus instalaciones. El sábado 7 de junio de ese mismo año se reinauguraban las nuevas obras consistentes en un enrejado perimetral de 625 metros, 9 entradas, 9 puestos de seguridad, el plantado de 250 nuevos árboles, 1.600 arbustos, 300 picos de riego por aspersión, 95 bancos, una laguna artificial, anfiteatro, pista de patinaje, un patio de juegos renovado en su totalidad y el acondicionamiento del Paseo de las Magnolias. También se procedió a la refacción de la antigua Noria que se conservó desde los tiempos de la Quinta de Lezica y que hoy podemos disfrutar en funcionamiento.
Esta importante obra -que ascendió a unos $940.000 de su época- permitió revertir completamente el aspecto y la vida del parque, a tal punto de convertirlo en uno de los centros de recreación y de cultura más importantes de la ciudad de Buenos Aires. Sin duda alguna, la visita al Parque Rivadavia permite hoy en día no solo realizar un paseo sorprendente a la riqueza cultural e histórica de sus monumentos y sus ferias, sino también poder pasar un día de descanso ideal al aire libre.